Señora: Pongo mi mayorana en vuestras manos. Yo me comprometo a obedecer humilde, dócil, con amor, voluntariamente, sin murmuración ni quejas, con prontitud y fidelidad a Dios y a cuantos representan su autoridad.
Jardinera mía, a vuestra habilidad y a vuestra maternal solicitud fío mi mayorana: cuidadla bien.