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Primer sábado de diciembre 2015

5 de diciembre de 2015

Año de la Misericordia

Se cierra el año 2015 y celebramos el último primer Sábado de mes con la acogida de todos los peregrinos y la visita de unos jóvenes estudiantes de la universidad de antropología de Madrid. Nos acompañan en esta jornada con el objetivo de realizar un estudio sobre la religiosidad popular, les llama la atención el fervor con que acuden tantas personas a venerar a nuestra madre celestial la Virgen de los Dolores.

El calendario de Prado Nuevo para el próximo año 2016 se ha realizado en tres versiones y los peregrinos a su llegada se afanan en su compra porque saben que con ello colaboran con la obra social de Prado Nuevo.

A las doce de la mañana comenzaron los actos con el rezo del Ángelus seguido a las doce y media del viacrucis meditado. Desde ese momento, la pradera fue durante todo el día un ir y venir de peregrinos disfrutando en compañía del Señor y de la Virgen de tan primaveral jornada.

El centro de acogida de peregrinos AVE MARIA abrió sus puertas para acoger los autobuses que poco a poco iban llegando a la pradera. Tras la acogida, se proyectó en el salón central el mensaje del día 3 de junio de 2000. No dio tiempo a más: la talla de la Virgen María partió en procesión hasta Prado Nuevo, donde el Padre Juan Carlos Peixoto realizó una sencilla intervención sobre la misericordia en los mensajes, que por su interés reproducimos:

 La Virgen:

Ntra Sra de los Dolores

Ntra Sra de los Dolores

"Dios me ha nombrado Mediadora de todas las gracias, hijos míos. Y os pido que mayores y pequeños os consagréis a mi Inmaculado Corazón. Yo haré maravillas en todos aquellos corazones que acudan a mí, y haré a todos los mortales que conozcan a mi Hijo. Los hombres no conocen a mi Hijo porque no me conocen a mí, hija mía. El perdón del Padre vendrá por el Hijo, y la misericordia del Hijo vendrá por la Madre, hijos míos.

Mi Corazón Inmaculado quisiera salvar, hija mía, a toda la Humanidad. Mi Corazón sigue pidiendo misericordia aun por los impíos, por los hipócritas, por los fariseos; pero la justicia de Dios es santa y la Tierra está preparada para arder como la leña seca.

Os quiero sarmientos verdes para que podáis dar mucho fruto, hijos míos.

Reuníos todos a orar, pero no de palabra, hijos míos, sino que vuestra oración salga de lo más profundo de vuestro corazón. Y cumplid con las leyes del Evangelio." 

 El Señor:

"Hija mía, hoy vengo a derramar mi amor y mi misericordia sobre los hombres, pero los hombres se hacen los sordos y se introducen en el odio, en la avaricia y en los placeres, hija mía. Yo quiero formar un gran número para mi Reino; y mi Reino llegará pronto, como el relámpago. Mi Reino está presto, hija mía, y los hombres no escuchan mi palabra.

Yo pido reparación por los pobres pecadores, y los hombres se introducen en los placeres, en el ocio y olvidan la oración y el sacrificio. Yo estoy sellando frentes y Satanás persigue esta señal. Pero esta señal prevalecerá en las frentes, y las puertas del Infierno prevalecerán cerradas ante esta señal.

Mira, hija mía, el desamor de los hombres, cómo está mi rostro. Levántate, hija mía, y cura mis heridas... Limpia mi rostro, hija mía. Cura el odio, el desamor, la ira, la envidia y los placeres de los hombres... Los hombres confunden el desamor con la caridad; la caridad es dolor, hija mía, es sacrificio, porque es amor, aunque a veces el amor es gozo también. Pero cuántas veces te he dicho, hija mía, que no hay amor sin dolor, ni gozo sin sacrificio. Bebe de mi costado, hija mía, y enseña a los hombres el verdadero amor que mana de él... Transmíteselo, hija mía, y di que el amor no es discordia, no es odio, no es placer, no es envidia.

Cristo de la Reparación

Hija mía, consúmete de amor, únete a mi Cruz y los dos repararemos los pecados de los hombres. Enseña el amor desinteresado, limpio, entregado; mira el ejemplo en mi Madre, en Juan y en María; contémplalos ante mi dolor: participan de él. Mira todo un Dios ultrajado. Mira la Majestad Divina cómo ha quedado... Arrodíllate, hija mía, y humíllate por los pecados de los hombres... Inclina tu cabeza ante Dios, tu Creador...

Ama a Dios, tu Creador. Repara las ofensas que hacen a Dios, tu Creador, hija mía. Los hombres se odian a muerte. Mira mis manos, mira mi costado, hija mía; mira todo mi cuerpo.

Todo esto es producido por el desamor de los hombres.

¡Ama y enseña a amar, hija mía, que los hombres confunden el amor con el desamor!

Yo estoy agotando mi misericordia y dentro de breves momentos vendré a aplicar la justicia sobre la Tierra.

No oiré lamentos, ni me compadeceré de las angustias de los hombres. Estoy dando avisos por todo el globo terrestre para que los hombres se conviertan; y los hombres siguen en la pasión, en el desorden, materializados, hija mía. No hacen caso, y mi venida les pillará desprevenidos y ¡ay de aquéllos que no estén preparados!

Amaos los unos a los otros, hijos míos."

 

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