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¿Sabes que puedes ganar hasta 5 Indulgencias Plenarias durante esta Semana Santa?

Durante estos días de Semana Santa podemos ganar hasta 5 Indulgencias Plenarias realizando alguna o todas las siguientes obras que vamos a describir, establecidas por la Santa Sede. Estas Indulgencias se pueden ganar para nosotros o para difuntos, pero no son aplicables a otras personas vivas en la tierra.

¿Qué es la Indulgencia?

El «Código de derecho canónico» (c. 992) y el «Catecismo de la Iglesia católica» (n. 1471), definen así la indulgencia: «La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa. Esto quiere decir, cuando confieso mis pecados en el Sacramento de la Penitencia, se perdona la “culpa” pero ese pecado también lleva acarreada una “pena” que deberá resarcirse de diversos modos en vida o después en el purgatorio.

Con la Indulgencia Plenaria, cumpliendo correctamente los requisitos, se elimina totalmente esta culpa y no sería necesario pasar por el Purgatorio. La Iglesia llama purgatorio a esta purificación final de los elegidos (c. 1031). La tradición de la Iglesia, haciendo referencia a ciertos textos de la Escritura (por ejemplo 1 Co 3, 15; 1 P 1, 7) habla de un fuego purificador.

Según nos enseña la divina revelación, las penas son consecuencia de los pecados, infligidas por la santidad y justicia divinas, y han de ser purgadas bien en este mundo, con los dolores, miserias y tristezas de esta vida y especialmente con la muerte, o bien por medio del fuego, los tormentos y las penas catharterias en la vida futura. La doctrina del purgatorio sobradamente demuestra que las penas que hay que pagar o las reliquias del pecado que hay que purificar pueden permanecer, y de hecho frecuentemente permanecen, después de la remisión de la culpa. Pues en el purgatorio se purifican, después de la muerte, las almas de los difuntos que "hayan muerto verdaderamente arrepentidos en la caridad de Dios; sin haber satisfecho con dignos frutos de penitencia por las faltas cometidas o por las faltas de omisión. Los fieles, al ganar las indulgencias, advierten que no pueden expiar sólo con sus fuerzas al mal que se han infligido al pecar, a sí mismos y a toda la comunidad, y por ello son movidos a una humildad saludable. Además, las indulgencias aumentan la confianza y la esperanza de una plena reconciliación con Dios Padre, no dando tregua al abandono ni permitiendo descuidar el cultivo de las disposiciones requeridas para una plena comunión con Dios.
 
De esta suerte, la saludable institución de las indulgencias hace a su modo que la Iglesia se presente a Cristo sin mancha ni arruga, santa e inmaculada, maravillosamente unida a Cristo por el vínculo sobrenatural de la caridad. Puesto que con la ayuda de las indulgencias los miembros de la Iglesia purgante se suman más rápidamente a la Iglesia celestial, por las mismas indulgencias el reino de Cristo se instaura más y más y con mayor rapidez, "hasta que lleguemos todos a la unidad en la fe y en el conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de Cristo en su plenitud".
 
( INDULGENTIARUM DOCTRINA  de Pablo VI)

¿Cuáles son los requisitos para adquirir la Indulgencia?

El punto fundamental estriba en no tener ningún afecto a cualquier pecado, incluso venial. Es por tanto necesario tener la disposición interior de un desapego total del pecado.

También es imprescindible realizar una buena confesión sacramental sus pecados (Una sola confesión en los días anteriores o posteriores puede servir para ganar varias indulgencias).

Para ganar cada una de las Indulgencias que se desea recibir hay que recibir la sagrada Eucaristía (ciertamente, es mejor recibirla participando en la santa misa, pero para la indulgencia sólo es necesaria la sagrada Comunión). Además, se debe orar por las intenciones del Romano Pontífice con un Padrenuestro y un Avemaría.

Es conveniente, pero no necesario, que la confesión sacramental, y especialmente la sagrada Comunión y la oración por las intenciones del Papa, se hagan el mismo día en que se realiza la obra indulgenciada; pero es suficiente que estos sagrados ritos y oraciones se realicen dentro de algunos días (unos veinte) antes o después del acto indulgenciado.

¿Cuándo y qué debo hacer?

Jueves Santo

Si durante la solemne reserva del Santísimo Sacramento, que sigue a la Misa de la Cena del Señor, recitamos o cantamos el himno eucarístico del "Tantum Ergo" ("Adorad Postrados").

Si visitamos por espacio de media hora el Santísimo Sacramento reservado en el Monumento para adorarlo.

Viernes Santo

Si el Viernes Santo asistimos piadosamente a la Adoración de la Cruz en la solemne celebración de la Pasión del Señor.

Sábado Santo

Si rezamos juntos el rezo del Santo Rosario.

Vigilia Pascual

Si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la noche) y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo.

Domingo de Pascua de Resurrección

Recibir piadosamente la bendición Urbi et Orbi que imparte el Papa desde el Vaticano. Se puede recibir a través de televisión, radio o de otros medios sociales.