Cuando sientas angustia pide a Dios que te dé la fuerza para afrontar los retos que se avecinan. Tu vida es un regalo y un don de Dios.
El estrés, la ansiedad y las emociones que acompañan a la crisis son a menudo descritos como una sensación similar a olas gigantes rompiendo a tu alrededor.
Aquí te voy a indicar cinco pasos para orar cuando te sientas abrumado por las tormentas de la vida.
En sus Ejercicios Espirituales, San Ignacio de Loyola proporcionaba el Examen como una herramienta de cinco pasos para la reflexión.
El objetivo de esta herramienta es, aumentar tu conciencia de la presencia de Dios en las experiencias de tu vida diaria. Este Examen adaptado, es una herramienta para la revisión y el procesamiento de tu situación después de una crisis. Te recomiendo que lo hagas en un clima de oración y escribiendo tus pensamientos y sentimientos en un diario.
Este retiro no pretende ser un sustituto para la búsqueda de apoyo para la salud mental después de una situación de pérdida o crisis, pero es una oportunidad para procesar la experiencia a través de la fe.
1.- Buscar un lugar seguro y tranquilo
Buscarás un sitio así para ser consciente de la Presencia de Dios. Los acontecimientos que son muy recientes pueden parecer que giran alrededor de ti, honra tu propia belleza y dignidad alejándote un momento para respirar. Jesús nos dijo:
“Vámonos aparte, a un lugar retirado, y descansen un poco” (Marcos 6,31).
Podrías decir algo así como:
“Dios, ayúdame a calmar las tormentas en mi corazón y mente, para que pueda oír Tu voz y sentir Tu paz.”
2.- Examina qué ha ocurrido en tu vida
¿Cómo examinarte? a través del lente de la gratitud. La gratitud es la base de nuestra relación con Dios. En todas las situaciones, incluso las más difíciles, se nos otorgan regalos.
Tal vez el regalo de Dios para ti era tu seguridad, o escuchar la voz de un ser querido, o la sensación del sol en tu rostro. Cuéntale a Dios la historia del evento reciente que te abruma.
Comienza con la primera vez que tuviste conocimiento de la situación que ahora te está afectando. ¿Cuándo fue la primera vez que escuchaste hablar o supiste, que esta situación de crisis iba a afectarte? ¿Cuáles fueron tus primeros pensamientos y sentimientos? ¿Qué ocurrió entonces?
Presta atención a las emociones que se evocan mientras le cuenta la historia a Dios. ¿Cuáles son los pequeños detalles que se destacan en ti que posiblemente no los hayas notado antes?
Dios está hablando en esos detalles. ¿Quiénes son las personas que interactuaron contigo durante la situación de crisis? Al pensar en ellos, ¿cómo te sientes?
La historia va a tomar varias vueltas; sigue compartiéndola con Dios en tu mente y corazón.
A medida que te vayas acercando a los acontecimientos reales, te debes preguntar ¿cómo han cambiado tus pensamientos y sentimientos?
3.- Presta atención a tus emociones
Tus emociones son sagradas. San Ignacio abrazó las emociones. Él creía que la presencia del Espíritu Santo se revelaba claramente en las emociones que se evocan cuando reflexionamos sobre nuestras experiencias.
¿Cómo este hecho se refleja en tu propia historia?, ¿Cuáles fueron las emociones que sentiste? ¿Cuáles fueron más fuertes que otras? ¿Cuáles fueron los momentos en los que los sentimientos que surgieron te sorprendieron?
¿Puedes identificar una o dos momentos o interacciones donde las emociones surgieron dentro de ti? Agradece a Dios por hablar contigo a través de esas emociones.
4.- Pídele a Dios que hable a tu corazón.
Ahora que ha establecido un par de momentos donde los sentimientos, sobre la reciente situación, afloraron, puede rezar para recibir una visión de estas experiencias.
Permite que el Espíritu Santo te dirija hacia uno o dos momentos, imágenes o sentimientos que Dios te está llamando a examinar con mayor intensidad.
Podría ser una palabra o frase que alguien dijo, podría ser tu reacción emocional a algo que ocurrió, podría ser un pequeño detalle que piensas que nadie más notó.
A medida que mantengas ese momento o sentimiento en tu corazón, algunas palabras van a tomar forma y puede comenzar a fluir una oración alrededor de esa experiencia. Deja crecer la oración.
En algún momento de su reflexión, sobre esta reciente situación de crisis, Dios te está regalando algunos mensajes.
Con la guía del Espíritu Santo, comienza a buscar los mensajes en las emociones, imágenes e interacciones durante la situación de crisis.
¿Qué puedes aprender de ti mismo? ¿Cuáles podrían ser algunos de los mensajes que se pueden sacar de esa experiencia? ¿Qué está susurrándote Dios a tu corazón?
5.- Mira hacia el mañana
Estos mensajes son dados a nosotros como un regalo de Dios. Cuando las olas de tensión y de crisis se estrellan sobre nosotros, es difícil ver la costa a lo lejos.
Después de haber abrazado la verdad en las emociones y haber extraídos los mensajes, podemos elegir nuestro próximo destino. Verás la costa con mayor claridad. Estarás fortalecido para mirar hacia el futuro.
¿Cómo puedes incorporar la sabiduría que te ha sido dada en los próximos pasos de tu viaje? Pídele a Dios que te provea con:
“Dios, en las próximas horas y días, por favor ayúdame a… “
Aborda cualquier preocupación que esté en tu corazón acerca de los próximos pasos de tu viaje en la oración. Tu vida es un regalo, y está llena de dones de Dios.
Debemos reconocer con gratitud que somos amados y que nunca estaremos solos al caminar hacia adelante en nuestro viaje.
Termina el Examen orando un Padre Nuestro en silencio
Fuente: Píldoras de fe