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La Comunidad Familiar de Prado Nuevo celebra su 33º aniversario con agradecimiento a la Virgen por los frutos recibidos de vida en comunión y de misión a la sociedad

El Escorial, 20 de enero de 2023. La Comunidad Familiar de Prado Nuevo celebra hoy el 33º aniversario de su constitución. Lo hace dando gracias a Nuestra Señora de los Dolores por los frutos recibidos de vida en comunión y por las gracias recibidas para responder a la misión encomendada en la Iglesia y en la sociedad.

A lo largo de estas más de tres décadas, el grupo humano nacido de los hechos sobrenaturales de El Escorial ha crecido en número de miembros y en respuesta generosa de sus miembros ante la llamada de la Virgen, que recibió a través de Luz Amparo Cuevas, su fundadora. Una llamada a servir a la Iglesia y a la sociedad en cada necesidad que constata o que le es encomendada.

La entrega de este grupo de familias a la causa de Prado Nuevo, que es causa de la Iglesia, permite llevar a cabo acciones de ayuda a familias, a instituciones sociales, a la propia Iglesia local de Madrid y a comunidades religiosas. Asimismo, realiza la labor de acogida y apostolado en Prado Nuevo y complementa la labor humana y asistencial a los mayores sin familia y sin recursos que realizan las Seglares Reparadoras en las Casas de Amor y Misericordia. En definitiva, la Comunidad Familiar asume una misión de manus longas del mensaje de la Virgen en toda su dimensión.

Fidelidad al carisma y a la jerarquía de la Iglesia

La Comunidad Familiar se constituyó el 20 de enero de 1990 y fue aprobada canónicamente por el Arzobispado de Madrid el 14 de junio de 1994. La Obra de la Virgen en Prado Nuevo cuenta así con una comunidad dedicada en el seno de la Iglesia a hacer realidad una misión mariana particular.

Una petición expresa del Señor en uno de sus mensajes a Luz Amparo Cuevas despertó esta vocación particular. En primer lugar, a construir una casa grande en la que pusieran todo en común, al estilo de los primeros cristianos. Una realidad humana que fundó la propia Luz Amparo como Asociación Pública de Fieles “Reparadores de Nuestra Señora de los Dolores”. En ella, confluyen tres realidades que responden a tres maneras de vivir el mensaje de la Virgen: Hermanas Reparadoras, Comunidad Vocacional -formada por sacerdotes y consagrados- y la propia Comunidad Familiar.

Desde entonces, la Comunidad Familiar conserva la esencia del carisma recibido y, junto a ésta, la fidelidad a la jerarquía de la Iglesia, ante cada indicación recibida. Fue en la Iglesia de Madrid donde nació la Obra de la Virgen y ha sido la Iglesia de Madrid la que ha acogido paulatinamente la realidad de Prado Nuevo.

La autenticidad llama a otros muchos

Luz Amparo preguntó a aquel primer grupo reducido de familias que compartían con ella los primeros años de manifestaciones sobrenaturales en El Escorial. Su respuesta creó una realidad humana con sello mariano, que ha ido creciendo. En la actualidad, más de 50 miembros adultos constituyen su rama interna, junto a sus hijos, y un amplio número de familias caminan como rama externa. A todos ellos se han sumado también nuevas familias en el último año; un motivo más de agradecimiento a la Virgen, pues esta autenticidad llama a otros muchos.

Fue la propia Virgen quien definió la espiritualidad de la Obra de Prado Nuevo en su mensaje a Luz Amparo del 6 de junio de 1992: “Humildad. Unión, amor y paz. Y quiero que se extienda por todas las partes del mundo. La Paz, el amor entre los hombres y la unidad es muy importante, hija mía”. “La Paz, el amor y la unidad es muy importante”.

Cada año, el grupo de familias al servicio de la Obra de Prado Nuevo renueva su compromiso y da gracias también por la vida y el testimonio de su fundadora, de la que recibió la invitación primera. Tras su muerte en 2012, son los miembros de la propia Obra quienes continúan su llamada.