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Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo

Comenzamos este mes de junio, mes especialmente dedicado al Sagrado Corazón de Jesús con las palabras del Papa Francisco: "Jesús, que mi corazón se parezca al tuyo". En múltiples ocasiones el Santo Padre ha mostrado su gran devoción al Sagrado Corazón de Jesús, cuyo sentido es “que nos envuelva la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo”.

Recordamos algunas de las promesas y revelaciones que hizo Jesús a Santa Margarita de Alacoque.

He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombre y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado. Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute.

El Señor Jesús en su Sagrado Corazón dijo a Santa Margarita María de Alacoque el 16 de junio de 1675:

Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Nueve primeros viernes de mes

En la piedad y en la tradición de la Iglesia, este ejercicio de los nueve primeros viernes de mes seguidos, se comienzan precisamente en el mes de junio, que es cuando se celebra la Solemnidad de Sagrado Corazón de Jesús, aunque se pueda hacer también en otra época del año comenzándolo cualquier mes.
Para ganar las gracias que el Sagrado Corazón prometió y que después transcribiré son:
Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción. Se sugiere confesión con intención de reparar las ofensas al Sagrado Corazón.
Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.

Las gracias que prometió el Sagrado Corazón son:

Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
Les daré paz a sus familias.
Las consolaré en todas sus penas.
Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
Las almas tibias se volverán fervorosas.
Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos
Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.

Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.
La Iglesia ha exhortado, en muchas ocasiones a través del Magisterio, a la práctica de esta devoción, instituyendo incluso la Solemnidad del Sagrado Corazón para adorarlo y honrarlo.
En el punto 2669 del Catecismo de la Iglesia Católica dice: “La oración de la Iglesia venera y honra al Corazón de Jesús, como invoca su Santísimo Nombre. Adora al Verbo encarnado y a su Corazón que, por amor a los hombres, se dejó traspasar por nuestros pecados”.
Ante el Sagrado Corazón de Jesús, renueva tu AMOR al Señor y decídete a adorarle, a amarle y a desagraviarle en su Santísimo Corazón.

En los mensajes de El Escorial El Señor Jesús nos mostró el infinito amor que siente su Sagrado Corazón hacia la humanidad. Recordamos un fragmento:

Que vengan a mí, que soy su Padre y los quiero a todos con todo mi Corazón; que visiten al «Prisionero»; que si su alma está enferma, que vengan a mí, que yo los sanaré. Que si su cuerpo está enfermo, que vengan a mí, que yo los fortaleceré; que se den cuenta de que yo les puedo hacer recobrar la fuerza del cuerpo y la salud del alma; que den amor, limosna de amor a este pobre mendigo que los está esperando de día y de noche; que mi Corazón está triste por todos; que no me hagan sufrir más, que lo que quiero es que se salven. ¡Desgraciados los habitantes de la Tierra, cómo buscan su propia condenación! (Pulse aquí para leer mensaje completo).