Su fiesta es el día 16 de julio
«Las Sagradas Escrituras celebran la belleza del Carmelo, donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo. En el siglo XII, algunos eremitas se retiraron a aquel monte, construyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María».
Con estas palabras presenta la liturgia de este día el libro oficial de la Iglesia.
Y el Martirologio de este día, reza así: «Conmemoración solemne de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, a la cual la Familia carmelitana consagra este día por los innumerables beneficios recibidos de la misma Santísima Virgen, en señal de servidumbre».
La Orden del Carmen nació a finales del siglo XII en el Monte Carmelo, especialmente para dar culto y tratar de imitar a la Virgen María. Por ello, desde los orígenes se conoció a los religiosos carmelitas como a los «Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo». Aún hoy, éste es el título oficial de la Orden que fue enriquecido con muchas gracias e indulgencias a cuantos así llamaran a los carmelitas.
Por el 1251, el Prior General de la Orden, san Simón Stock († 1265), acudía a la Virgen María como Patrona de la Orden, para que le liberara de los enemigos que atentaban contra su existencia. Y para ello llegó a componerle algunas plegarias. Ésta la cantan cada día los carmelitas: «¡Oh Flor del Carmelo, Viña florida, Esplendor del Cielo, Virgen fecunda y singular! ¡Oh Madre tierna!, intacta de hombre, a los carmelitas proteja tu nombre (da privilegios) estrella del mar».
Una noche, la tradición dice que fue el 16 de julio de 1251, se le apareció la Virgen María, llevando el escapulario del Carmen en sus manos, y le dijo: «Éste será el privilegio para ti y todos los carmelitas: quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriese, se salvará». Desde entonces, empezó a divulgarse esta devoción por todas partes, especialmente por los países latinos, hasta llegar a ser una «devoción católica o universal como la misma Iglesia», en expresión del Cardenal Gomá († 1940).
Hoy, la Orden del Carmen, en todas sus múltiples ramas masculinas, femeninas y los millares y hasta millones de seglares que visten el escapulario del Carmen —el más popular de todos los escapularios que venera la Iglesia—, se halla extendida por todas partes, y dan a conocer a la Virgen María bajo esta popular advocación del Carmelo.
Es Patrona la Virgen del Carmen de varias naciones y gremios, y especialmente la venera como Madre y como Reina los que trabajan en el mar.
Sumario:
Oración: Te suplicamos, Señor, que la poderosa intercesión de la Virgen María, en su advocación del monte Carmelo, nos ayude y nos haga llegar hasta Cristo, monte de salvación. Que vive y reina contigo… Amén.