Señora: Recibid estas mis flores; aceptad estos mis propósitos. Yo me obligo a dar un público, sincero, inequívoco y fiel testimonio de amor, de respeto, de obediencia, de gratitud, de adoración a mi Dios en los tiempos y en todas las circunstancias que la religión me lo prescribe.
Recibid, hortelana mía, recibid estas mis resoluciones; a vuestro cuidado fío las francesillas.