Hijos míos, orad profundamente y pedid a Dios, vuestro Creador, que Él os concederá todo lo que pidáis para bien de vuestra alma.
La Virgen (5/09/87)
Oración de León XIII
A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiados tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, ya cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.
Oración de cada Primer Miércoles de mes
San José, ruega a Jesús que venga a mi corazón y lo inflame de caridad.
San José, ruega a Jesús que venga a mi inteligencia y la ilumine.
San José, ruega a Jesús que venga a mi voluntad y la fortalezca.
San José, ruega a Jesús que venga a mis pensamientos y los purifique.
San José, ruega a Jesús que venga a mis afectos y los ordene.
San José, ruega a Jesús que venga a mis deseos y los dirija.
San José, ruega a Jesús que venga a mis acciones y las bendiga.
San José, haz que Jesús me done su Santo Amor.
San José, haz que Jesús me done la imitación de sus virtudes.
San José, haz que Jesús me done la verdadera humildad de espíritu.
San José, haz que Jesús me done la paz del alma.
San José, haz que Jesús me done el santo temor de Dios.
San José, haz que Jesús me done el deseo de la perfección.
San José, haz que Jesús me done la dulzura de carácter.
San José, haz que Jesús me done un corazón puro y caritativo.
San José, haz que Jesús me done la gracia de soportar con paciencia los sufrimientos de la vida.
San José, por el amor que le diste a Jesús, ayúdame a amarlo de verdad.
San José, recíbeme y protégeme como tu fiel devoto.
San José, yo me pongo en tus manos, acéptame y socórreme.
San José, no me abandones en la hora de mi muerte.
San José, ¡ruega por nosotros!
Letanías de San José:
V/ Señor, ten piedad
R/ Señor, ten piedad
V/ Cristo, ten piedad
R/ Cristo, ten piedad
V/ Señor, ten piedad
R/ Señor, ten piedad
V/ Cristo, óyenos
R/ Cristo, óyenos
V/ Cristo, escúchanos
R/ Cristo, escúchanos
V/ Dios Padre celestial
R/ Ten misericordia de nosotros
V/ Dios Hijo, Redentor del mundo
V/ Dios Espíritu Santo
V/ Trinidad Santa, un solo Dios
V/ Santa María
R/ Ruega por nosotros
San José, ruega por nosotros.
Ilustre descendiente de David.
Luz de los patriarcas.
Esposo de la Madre de Dios.
Custodio del Redentor.
Custodio purísimo de la Virgen.
Nutricio del Hijo de Dios.
Diligente defensor de Cristo.
Servidor de Cristo.
Ministro de la salvación.
Cabeza de la Sagrada Familia.
José, justísimo.
José, castísimo.
José, prudentísimo.
José, varón fuerte.
José, obediente.
José, fidelísimo.
Espejo de paciencia.
Amante de la pobreza.
Modelo de trabajador.
Modelo de la vida doméstica.
Custodio de vírgenes.
Apoyo en las dificultades.
Columna de las familias.
Consuelo de los desdichados.
Esperanza de los enfermos.
Patrono de los exiliados.
Patrono de los afligidos.
Patrono de los pobres.
Patrono de los moribundos.
Terror de los demonios.
Protector de la santa Iglesia.
V/ Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R/ Perdónanos, Señor.
V/ Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R/ Escúchanos, Señor.
V/ Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
R/ Ten misericordia de nosotros.
V/ Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
R/ Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Oremos: Oh, Dios, que con inefable providencia elegiste a san José como esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos que merezcamos tener como intercesor en el cielo al que veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.
Al glorioso Patriarca san José
Para que nos conceda una santa vida y una buena muerte.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, recibid cuando yo muera el
alma mía.
7 Domingos de San José
Los siete domingos previos al 19 de marzo como preparación para la Celebración solemne de su Fiesta el 19 de marzo. Esta práctica piadosa se hace muy provechosa contemplando los siete dolores y los siete gozos que vivió San José en la altísima misión que Dios le había confiado; un dolor y un gozo cada domingo, con una breve oración y petición en relación con lo que corresponda cada domingo, agregando el Padrenuestro, Avemaría y Gloría.
Con la petición común de cada domingo, que es la Jaculatoria: “San José Glorioso, ampara a quien contempla tu pena y gozo”. Esta sencilla oración se puede rezar cada día, y si se toma la costumbre en razón del AMOR que se tenga a San José, se repetirá con frecuencia varias veces al día; cuando se hace así, pronto se notará su beneficio.
PRIMER DOMINGO
El dolor: cuando estaba dispuesto a repudiar a su inmaculada esposa.
La alegría: cuando el Arcángel le reveló el sublime misterio de la encarnación.
SEGUNDO DOMINGO
El dolor: al ver nacer al niño Jesús en la pobreza.
La alegría: al escuchar la armonía del coro de los ángeles y observar la gloria de esa noche.
TERCER DOMINGO
El dolor: cuando la sangre del niño Salvador fue derramada en su circuncisión.
La alegría: dada con el nombre de Jesús.
CUARTO DOMINGO
El dolor: la profecía de Simeón, al predecir los sufrimientos de Jesús y María.
La alegría: la predicción de la salvación y gloriosa resurrección de innumerables almas.
QUINTO DOMINGO
El dolor: en su afán de educar y servir al Hijo del Altísimo, especialmente en el viaje a Egipto.
La alegría: al tener siempre con él a Dios mismo, y viendo la caída de los ídolos de Egipto.
SEXTO DOMINGO
El dolor: a regresar a su Nazaret por el miedo a Arquelao.
La alegría: al regresar con Jesús de Egipto a Nazaret y la confianza establecida por el Ángel.
SÉPTIMO DOMINGO
El dolor: cuando sin culpa pierde a Jesús, y lo busca con angustia por tres días.
La alegría: al encontrarlo en medio de los doctores en el Templo.