Fundadora

Luz que iluminas nuestra senda,
Luz que acompañas mi flaqueza,
al fin brillaste como una estrella,
te reconocen como lo que eras…

Luz que resurges con tu gran amor,
vas caminando por tantas tierras,
dejando surcos entre la arena,
jirones de alma en cada huella…

Nuestra madre, nuestra fuerza,
fundadora, nuestra vela,
nuestro sol y nuestra guía,
tú nos llevas…
De la mano hasta la orilla,
somos hijos de la Iglesia,
somos hijos de la Iglesia…

Luz que ofreciste tu vida entera,
también nos pides donar la nuestra,
dejarlo todo, firmar la entrega,
sacar al pobre de su miseria…

Luz que has abierto los ojos ciegos,
mujeres, hombres, grandes, pequeños,
pese a las pruebas nos uniremos,
aquí en la tierra y allá en el cielo…

Nuestra madre, nuestra fuerza…

Prado Nuevo

Un día como aquél nunca lo olvidaré,
en que por vez primera te encontré.
Quedó en mi corazón
el eco de ese dulce “Ave María”, que escuché.

En Prado Nuevo descubrí, en Prado Nuevo vi
el Evangelio hecho realidad:
amar a todos por igual,
amar al enemigo como Cristo nos amó.

Te seguí, dejando mis amigos y mi hogar,
dejando el mundo y su falsedad
y ese vacío inmenso si no estás.


Encontré la única razón de mi vivir,
la verdadera fe, la libertad
y la ilusión de darme a los demás.

Madre del Redentor, de ti nació el amor,
llegan tus lágrimas al pecador;
tú me llevaste a Él y mi vida cambió,
cuando de Él me enamoré.

Tú, Señor, ahora eres todo para mí,
contigo al caminar yo soy feliz,
no quiero que me aparten ya de ti.

Eres tú, María, desde el árbol fresno luz,
eres el faro de la Humanidad;
tú quieres, Madre, a los hombres salvar.
Te seguí...

Al Santísimo

Voy Jesús, que tú me llamas,
me estás esperando aquí,
metidito en el sagrario,
para enseñarme a sufrir…

Gritando estás a las almas,
que vengan a consolar,
a este pobre prisionero,
que de amor muriendo está…

Hermanos, vamos deprisa a visitar a Jesús,
que se encuentra triste y solo,
y dio su vida en la cruz,
que se encuentra triste y solo,
y dio su vida en la cruz…

¿No os da pena de mí?
me decía el prisionero,
dadme un poquito de amor,
que aquí me encuentro sediento…
¿Quién es capaz de negarle ese poquito de amor?

Amad mucho a mi Jesús,
que Él es nuestro redentor,
y nos da ciento por uno,
y eso sólo lo hace Dios…

Hermanos, vamos deprisa a visitar a Jesús…

Dios de Amores

Jesús que en el sagrario estás metido,
mi alma siente sed de estar contigo…
Cuando en mis sufrimientos no estoy contenta,
yo sé que del sagrario cierras la puerta…

Y como un pajarillo lleno de frío,
voy buscando calor junto a tu nido,
y como un pobre hambriento sin pan ni abrigo,
mi pobre corazón se encuentra herido…

Muy cansada y sin fuerzas,
con lágrimas de sangre,
llamo a tu puerta,
pues parece que tengo el alma muerta…

Médico bueno, cura mi herida,
pues tú me das la muerte y me das vida,
y tú me respondías, es que la gloria,
no es camino de flores ni de victoria.

Para llegar a ver al Dios de amores
hay que coger espinas y dejar flores,
para llegar delante del Dios amado,
tienen que estar los pies ensangrentados…

Pues si pisas espinas en tu camino,
llegarás a gozar de lo divino,
pues las mieles del mundo son el veneno,
que le gusta a los hombres de este destierro…

Médico bueno, cura mi herida…

Juntos caminad

Juntos caminad por las huellas de Cristo,
siempre sonreíd aunque sangre el corazón.
Pisad y apretad fuerte las espinas,
no volváis la mirada nunca atrás.

Juntos caminad y sed como el payaso,
para hacer felices a los demás por Dios.
No dejéis de amar, nunca dejéis de luchar,
para estar siempre juntos en la Eternidad.

No hay nada más grande que el amor de Cristo,
que no se iguala con ningún amor humano.
Que digan al veros: “mirad cómo se aman”,
como decían de los primeros cristianos.

Hay que caminar, gastarse sin cansarse,
subir la cuesta empinada del Calvario.
Sí, enamoraos locamente de Cristo
y buscad en todo la voluntad de Dios.

Siempre caminad y mirad mucho al cielo,
y vivid vuestra entrega con ilusión.
Pensad que la santidad es fortaleza,
yo os he enseñado lo que Él me enseña a mí.

El sueño de tus ilusiones

En una aldea de la Mancha cuyo nombre no quiero olvidar,
hay paz en el aire, silencio en los valles, el mar parece oírse en el viento,
el sol en los montes, aromas de campo,
y miles de estrellas brillando…

A esta tierra le canto porque a ti te vio nacer.
y guarda en sus entrañas las raíces de tu ser,
las calles de la aldea reviven tus pasos,
y sus mayores recuerdan aquellos años…

Cuentan los vientos como te vieron, en tu infancia reír y llorar,
buscar un refugio, sentir el abrigo, un poco de paz y cariño,
y Dios a tu lado, por esos caminos,
Librándote de tantos peligros…

Es Pesebre refugio que te abraza con su paz,
y sabe que la Virgen lo ha escogido una vez más,
hoy eres tu quien quiere con tu amor cobijar,
a las almas que buscan pan y hogar…

Queda en la Parra, fiel en la historia, de tus padres, su techo y su hogar,
pobreza en la casa, riqueza en sus almas, que dio felicidad a sus vidas,
María Dolores, hoy lleva su nombre,
el sueño de tus ilusiones…

A esta tierra le canto porque a ti te vio nacer….

Es Pesebre refugio que te abraza con su paz…

(UH UH UH…)
María Dolores, hoy lleva su nombre,
el sueño de tus ilusiones…

Siempre pensando en ti

Siempre pensando en ti, madre está mi corazón,
latiendo al ritmo en que tu le enseñaste a amar a Dios,
le enseñaste a amar a Dios,
le enseñaste a amar a Dios,
Siempre pensando en ti…

El consuelo del Señor, Luz y Amparo de María,
la lluvia mansa que ablanda mi dura tierra en sequía…

Abren los surcos tus manos, y la palabra es vida en ti,
por las sendas de Israel, voy de tu mano tras El…

Siempre pensando en ti, madre está mi corazón,
latiendo al ritmo en que tu le enseñaste a amar a Dios,
le enseñaste a amar a Dios,
le enseñaste a amar a Dios,
Siempre pensando en ti…

De ti aprendí la alegría de servir a los demás,
cristos puestos en mis brazos a quien quiero consolar…

Y a ser la escoba que barre, sin lucir su vanidad,
cerrada con siete llaves en el trastero de la humildad…

Siempre pensando en ti…

Pajarillo trovador

Quiero parar el tiempo, cuando a mi lado estás,
tú me has enseñado a Dios servir y amar,
por ti he recuperado la paz de mi niñez,
me has dado la alegría de quien volvió a nacer…

Pajarillo trovador,
que alzó su vuelo hacia Dios,
con sus alas en forma de cruz,
y en su pecho la llama del amor…
“Mi pequeño gorrión”,
así te llama el Señor,
de María eres el jardín,
flor que enjuga sus lágrimas de dolor…

Derramaré un perfume y un bálsamo de amor,
como la Magdalena sobre tu corazón…
Besar tus pies heridos, cansados peregrinos,
que abriendo paso mueren, llevando almas a Dios…

Pajarillo trovador…

Conoces mis miserias, tú sabes cómo soy,
y no me das la espalda, me llenas más de amor.
¿Qué tiene tu mirada, que me llena de Dios?
De lo que Él me ha dado, tú eres mi mejor don.

Pajarillo trovador…

Recuerdos

Te imagino niña muy cerca al mirar,
relamiendo milhojas detrás del cristal, detrás del cristal…

Escondiendo en la nieve tu hogaza de pan,
y el asombro en tu cara al ir a encontrar desecho tu pan…

Son recuerdos de una vida,
que se guardan en el alma,
y a la vuelta de los años,
son ya parte de nuestra vida y de nuestro amor…

Al bailar “La Parrala” de niña también,
vas moviendo con gracia tu falda al bailar, tu falda al bailar…

Y la Virgen de Cortes que te cobijó,
y un amor, el primero que luego marchó y no se olvidó…

En Pesebre quedará,
el perfume de tu infancia,
la inocencia, tu bondad.
y en el pecho tu alma de niña hoy vive en ti…

Calle “Padre Romano”, en el suelo al pasar,
con el pie lo tocaste, “no sé qué será, no sé qué será…

No se mueve, parece lo puedo coger,
y la cáscara aquella lo supo después, de plátano fue…

Son recuerdos...

En Pesebre...

En la majada

En la majada pastores hablan de Dios junto al fuego,
de una antigua profecía, que el Niño Dios nacería,
cuando de pronto en el cielo un resplandor les cegaba,
un ángel de Dios bajaba dándoles dulce consuelo…

“No temáis os vengo a anunciar,
que en esta noche clara nació el Mesías,
el Redentor, es Jesús el Hijo de Dios ¡El Salvador!
Id por el sendero, marchad,
envuelto entre pajas, velad,
al Mesías que ya llegó,
a Jesús besad y adorad, al Niño Amor”

Y de rodillas cantarle, yo también quiero adorarle,
y ver el sol de su cara que enciende amor en mi alma…

Id por el sendero, marchad,
envuelto entre pajas, velad,
al Mesías que ya llegó,
a Jesús besad y adorad, al Niño Amor”
al Mesías que ya llegó,
a Jesús besad y adorad, al Niño Amor”…

La distancia no apagará el amor

La distancia no apagará el amor de tus hijas lejanas,
es como el fuego que en Navidad,
no conoce viento ni agua…

La distancia no apagará el amor de tus hijas lejanas,
es como el fuego que en Navidad,
arde en tierras de Peñaranda…

Te recordamos con cariño en esta Noche Santa,
y soñaremos la sonrisa de tu cara…
Dulce Niño, llévale esperanza,
Dulce Niño, dale un beso en el alma…

La distancia no apagará el amor de tus hijas lejanas,
es como el río que en Navidad,
corre alegre por la montaña…

La distancia no anegará el amor de tus hijas lejanas,
recordar tu voz sonará
como un torrente de plata…

Te recordamos con cariño en esta Noche Santa,
y cantaremos tus canciones enseñadas…
Dulce Niño, llévale nuestras palabras,
Dulce Niño, alegría blanca…

La distancia no apagará el amor de tus hijas lejanas,
es como el fuego que en Navidad,
no conoce viento ni agua.

La distancia no apagará el amor de tus hijas lejanas;
es como el fuego que, en Navidad,
arde en tierras de Peñaranda.

Junto al Sagrario

Junto al Sagrario fijando los ojos,
cuando oprimido el corazón está;
una y mil veces, mil veces repito:
—¡Oh, buen Jesús,
venme Tú a consolar!
(bis)

Jesús me pone, entre dos coronas,
una de rosas y otra de dolor.
Él, por mi amor, se coronó de espinas
y sólo a Él le consagro mi amor. (bis)

Mundo falaz, yo de ti me retiro,
que ya Jesús tocó mi corazón;
vivo por Él, por Él sólo suspiro,
y sólo a Él le consagro mi amor.(bis)