Oración al Ángel Custodio

"Os pido devoción a vuestros ángeles custodios; mucha devoción, hijos míos, porque ellos os guiarán vuestros pasos durante toda vuestra vida, hijos míos". (La Virgen 3 de agosto de 1995).

Ángel santo de la guarda,
compañero de mi vida,
tú que nunca me abandonas,
ni de noche ni de día.

Aunque espíritu invisible,
sé que te hallas a mi lado,
escuchas mis oraciones
y cuentas todos mis pasos.

En las sombras de la noche,
me defiendes del demonio,
tendiendo sobre mi pecho
tus alas de nácar y oro.

Ángel de Dios, que yo escuche
tu mensaje y que lo siga,
que vaya siempre contigo
hacia Dios, que me lo envía.

Testigo de lo invisible,
presencia del cielo amiga,
gracias por tu fiel custodia,
gracias por tu compañía.

En presencia de los ángeles,
suba al cielo nuestro canto:
gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo. Amén.

"Los hombres tienen poca devoción a los ángeles custodios, y son los que todos los días los protegen de las maldades del enemigo y presentan a Dios todas sus obras y sacrificios; ellos mismos lo escriben en el Libro de la Vida. Pero ¡tened cuidado!, que hay ángeles del bien y ángeles del mal". (El Señor 6 de febrero de 1993)

Otras oraciones al Santo Ángel Custodio

Ángel de Dios,
que eres mi custodio,
pues la bondad divina
me ha encomendado a ti,
ilumíname, guárdame, defiéndeme
y gobiérname.
Amén

Angele Dei,
qui custos es mei,
me tibi commissum pietate superna;
(Hodie, Hac nocte)
illumina, custodi,
rege et guberna.
Amen.

Oración a San Miguel

Defiéndenos en la batalla, y sé nuestro amparo
contra las perversidad y asechanzas del demonio.
Pedimos suplicantes que Dios impere sobre él,
y tu príncipe de la milicia celestial
sepulta en el infierno, con el divino poder,
a Satanás y a los otros espíritus malignos,
que merodean  por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Sancte Michael Archangele, defende nos in proelio,
contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium.
Imperet illi Deus, supplices deprecamur:
tuque, Princeps militiae coelestis,
Satanam aliosque spiritus malignos,
qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo, divina virtute, in infernum detrude. Amen.