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D. José Arranz, primer capellán de la Obra de la Virgen en Prado Nuevo

 

El 21 de julio de 1994, el entonces cardenal arzobispo de Madrid, D. Ángel Suquía, nombró a D. José Arranz primer capellán de la Asociación Pública de Fieles “Ntra. Sra. de los Dolores”. Se cumplen 26 años de aquel paso de la Iglesia en Prado Nuevo que se unía a otros trascendentales, dados por el propio cardenal Suquía un año antes. Aquella nota prudente del 12 de abril de 1985 se convertía, trece años después, en acogida de un fenómeno sobrenatural que se traducía, año tras año, en gracias por parte de la Virgen.

El Padre Arranz nació el 17 de febrero de 1930 en Mambrilla de Castrejón, pedanía de Roa (Burgos), que pertenecía en aquel momento a la Diócesis de Osma. Fue ordenado sacerdote diocesano el 31 de agosto de 1952 y completó su formación académica e investigadora con los grados de Filosofía (1955) y Filosofía y Letras (1968), culminando con la tesis doctoral bajo el título “Conceptualización de la realidad física por las Ciencias positivas y por la Filosofía de la Naturaleza”, y con el título de doctor en Historia del Arte (1982).

Tras una larga experiencia pastoral, comenzó en 1961 una etapa de responsabilidades diocesanas. Fue nombrado delegado diocesano de arte sacro primero y de educación religiosa después. En ambas etapas, trató de inculcar el amor por cada disciplina, poniendo, en primer lugar, a los sacerdotes, como transmisores de ellas.

En la primera, creó el Museo Catedralicio y convirtió así a la Diócesis de Burgo de Osma en pionera en la conservación de obras de arte, en un momento en que este patrimonio no contaba con la relevancia que merecía. E inició un intenso período de actividad cultural fundando el Centro de Iniciativas y Turismo y la Asociación de Amigos de la Catedral.

En la segunda, organizó ciclos de formación para sacerdotes en el marco de la Escuela de Catequesis e impartió clases en el seminario diocesano. Decano de Filosofía en el curso 1967-68 y de Bachillerato Superior y Curso Introductorio en el curso 1968-69, mostró un indudable deseo de formar en la excelencia a quienes debían pastorear después las almas encomendadas. D. José fue reconocido, en último término, como presidente del Cabildo Catedralicio entre 1986 y 1998.

 

Capacidad de liderazgo social

Su capacidad de liderazgo social le llevó a iniciar una intensa actividad dirigida al desarrollo de El Burgo de Osma y su ámbito de influencia. Asumió un compromiso tal que fue uno de los impulsores de Caja Rural de Soria, a partir de la antigua Caja del Círculo Católico de Obreros.

En 2016, la entidad reconoció el rol de D. José. Que no fue, en cambio, el único. Contribuyó, además, a la apertura de una deshidratadora de alfalfa, ubicada en la Dehesa de Osma. Se implicó en la constitución de la cooperativa Coinco, que contribuyó a la generación de empleo juvenil en la propia comarca de Osma y promovió la construcción de viviendas sociales para trabajadores. Incluso impulsó las Jornadas de la Matanza, declaradas de Interés Turístico Nacional en 1986, que suman 45 ediciones.

Su currículum de entrega y servicio se extendió aún más con numerosos reconocimientos. Miembro del Centro de Estudio Sorianos (CES), integrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y asesor de la Asociación para el Progreso y Desarrollo de El Burgo de Osma y su Comarca (Aprodebur), el nombre de D. José Arranz figura en el Diccionario Biográfico Español, publicado por la Real Academia de la Historia.

 

Su amor a la Virgen

Y, siempre en el centro de su vida, Jesucristo, al que predicaba en sus homilías. Y su amor por la Virgen, la Virgen de los Dolores, a la que honraba a diario con el rezo del Rosario. Cuentan que, al llegar a la letanía la invocación como “Salud de los enfermos”, D. José la repetía hasta tres veces, llevando a la emoción a quienes compartían la oración con él.

El Padre Arranz había vivido desde muy pronto y desde muy cerca la historia de la Virgen en Prado Nuevo. Decidió pasar sus últimos años de vida en el seno de la Obra. Recibió los cuidados de las Hermanas Reparadoras a lo largo de su enfermedad -una larga enfermedad- hasta su fallecimiento, el 12 de marzo de 2018, en la Residencia Nuestra Señora de la Luz de Torralba del Moral. Descansa en el cementerio de Burgo de Osma, a los pies de la Virgen. En su caso, ante un retablo dedicado a la Virgen de Valvanera.