En diciembre de 2005, Luz Amparo estuvo hablando con un grupo de peregrinos en El Escorial y aprovecho para meditar sobre el Adviento dijo …

“Sí, yo también tenía ganas de veros… y digo qué pena ver por ahí por los cines, las colas que se ven de gente a ver películas, a ver en los teatros, las obras de teatro y sin embargo para el Señor, ¡qué poquitos somos! Pero bueno si los poquitos que somos, somos como Dios quiere que seamos, pues ¡le tenemos contento!; lo peor que seamos no como Él quiere sino como queremos nosotros ser.

Cuando paso por un pueblo, por un sitio donde hay fiestas, jolgorio y todo eso y ves a tantísima gente perdiendo el tiempo, yo pienso y digo ¡Dios mío! cuando se presenten ante Dios estas gentes que han perdido el tiempo tontamente … el Señor… no los va a conocer, y el Señor les dirá: “pues no te conozco, no… Perdiste el tiempo divirtiéndote y sin acordarte de Mí y ahora no te conozco”.

Yo creo que hay que emplear más tiempo al Señor, y sobre todo en estos tiempos que... graves como son, porque son tiempos gravísimos, tiempo de guerras, tiempo de desunión, tiempo de inmoralidad, todo es una inmoralidad también… En el mundo cuando sales ves cada cosa que dices, ¡pero que ofendido está el Señor, pobrecito!

Los que le conocemos tenemos que reparar y tenemos que…. No se este adviento que habréis hecho, pero el adviento es tiempo de preparación para la Pascua, para recibir al Niño Dios, y para recibirle, eso con una “preparación de limpieza de vuestro corazón”, y de ir al sacerdote.

Pues hay personas que creen que yendo a Dios solamente, sus pecados están perdonados. Hay que pasar por el confesionario, para eso están los sacerdotes, sino no habría sacerdotes…” (Continuará.)