En 2022, más de 25.000 peregrinos acudieron al fresno de las apariciones de El Escorial y el canal oficial en YouTube supera ya los 2,1 millones de visualizaciones únicas
El Escorial, 19 de enero de 2024. – La Comunidad Familiar de Prado Nuevo celebra mañana el 34º aniversario de su constitución. Una fecha que afianza su compromiso con la misión recibida por Luz Amparo Cuevas de manos de la Virgen: difundir el mensaje de Nuestra Señora de los Dolores con vocación universal. Esta misión crece en número de miembros y son más de medio centenar los que han decidido dedicar sus vidas al servicio de la Iglesia en el seno de esta gran familia de familias.
La Obra de Prado Nuevo continúa difundiendo el mensaje de la Virgen con vocación universal, como universal es la Iglesia a la que pertenece. Lo hace desde el ámbito más próximo a los peregrinos que acuden cada día al Prado, hasta su apertura a distintos rincones del mundo a los que la devoción a Nuestra Señora de los Dolores llega cada vez con más intensidad.
En 2022, más de 25.000 peregrinos acudieron a Prado Nuevo y el canal oficial en la red social YouTube supera los 2,1 millones de visualizaciones únicas en sus primeros cuatro años de actividad. Esto supone una recuperación de la normalidad de asistencia al Prado, incluso con dificultades aún por las olas residuales de contagios de Covid, y se traduce en un seguimiento a distancia cada vez más masivo del rezo diario del Santo Rosario ante el fresno de las apariciones de El Escorial. Todo corresponde, en particular, a la Comunidad Familiar, que realiza tanto la labor de acogida de peregrinos en Prado Nuevo como de coordinación de las convocatorias diarias de oración desde el inicio.
Cada día, los miembros de la Comunidad Familiar coordinan sus trabajos para abarcar todas las necesidades propias de la Obra, donde las Casas de Amor y Misericordia ocupan el centro. A ellas realizan el soporte necesario a las Seglares Reparadoras, encargadas de su gestión directa.
Una dedicación; un servicio a la Iglesia
Esta misión, en la Iglesia y para la Iglesia, se incrementa con demandas que hacen llegar distintas comunidades parroquiales y religiosas de la Archidiócesis de Madrid, a la que pertenece la Obra de la Virgen en Prado Nuevo. Es el caso de la labor logística en la entrega de alimentos a comunidades y familias necesitadas; es el caso del apoyo a las celebraciones de Semana Santa en parroquias que lo requieren para llevar a cabo la liturgia propia.
A escala universal, los miembros de la Comunidad Familiar han coordinado de manera creciente en los últimos años la vinculación de la Obra de la Virgen a las periferias de Latinoamérica, donde han encontrado en las necesidades de familias con hijos un rostro particular de Cristo, que sufre con ellos. Y se materializa en acciones como el comedor social ‘San Antonio de Padua’, en Colombia, que atiende cada día a más de 250 niños, o en barrios deprimidos de Santo Domingo, capital de República Dominicana, con entregas de comida y artículos de primera necesidad a sus familias.
La hora de los laicos en la Iglesia
La misión de la Comunidad Familiar en la Iglesia cumple 34 años y confirma que la llamada de la Virgen hace tres décadas encuentra en el mundo de hoy la imprescindible participación de los laicos en el mundo. Como ha advertido el Papa Francisco en numerosas ocasiones, es la hora de los laicos en la Iglesia. La Comunidad Familiar que nació de aquella llamada recibe cada día esta interpelación de manera directa. En efecto, la Obra de Prado Nuevo comenzó como una llamada a laicos, que posteriormente derivó en otras vocaciones particulares.
Esta participación activa de los laicos en la Iglesia encuentra pleno sentido en la comunión con sus pastores. La Comunidad Familiar lo simboliza cada año con la renovación de su compromiso particular y comunitario en la Festividad de la Sagrada Familia, en torno a su pastor de Madrid. El pasado 31 de diciembre, presidió por primera vez esta Eucaristía el actual cardenal-arzobispo, Monseñor José Cobo.
Fidelidad al carisma y a la jerarquía de la Iglesia
La Comunidad Familiar se constituyó el 20 de enero de 1990 y fue aprobada canónicamente por el Arzobispado de Madrid el 14 de junio de 1994. La Obra de la Virgen en Prado Nuevo cuenta así con una comunidad dedicada en el seno de la Iglesia a hacer realidad una misión mariana particular.
Una petición expresa del Señor en uno de sus mensajes a Luz Amparo Cuevas despertó esta vocación particular. En primer lugar, a construir una casa grande en la que pusieran todo en común, al estilo de los primeros cristianos. Una realidad humana que fundó la propia Luz Amparo como Asociación Pública de Fieles “Reparadores de Nuestra Señora de los Dolores”. En ella, confluyen tres realidades que responden a tres maneras de vivir el mensaje de la Virgen: Hermanas Reparadoras, Comunidad Vocacional -formada por sacerdotes y consagrados- y la propia Comunidad Familiar.
Desde entonces, la Comunidad Familiar conserva la esencia del carisma recibido y, junto a ésta, la fidelidad a la jerarquía de la Iglesia, ante cada indicación recibida. Fue en la Iglesia de Madrid donde nació la Obra de la Virgen y ha sido la Iglesia de Madrid la que ha acogido la realidad de Prado Nuevo.