web analytics

La profecía del 7 de mayo

 

Hace 39 años, el 7 de mayo de 1981 también fue jueves. Desde 1980, las apariciones de la Virgen en Prado Nuevo a Luz Amparo se sucedieron con elevada frecuencia durante los dos primeros años. Y, en aquella ocasión, el mensaje de la Virgen advertía de un suceso de extrema gravedad.

No fue, por tanto, un mensaje cualquiera. La Virgen finalizó sus palabras a Luz Amparo con una alusión clara y directa al Papa Juan Pablo II; al Vicario de Cristo en la tierra: “Este mes habrá muchos atentados. Uno de ellos contra el Papa; pero no morirá”.

Solo una semana después, el 13 de mayo de 1981, fiesta de Ntra. Sra. de Fátima, Juan Pablo II sufrió un intento de asesinato en la Plaza de San Pedro, en El Vaticano. Mehmet Ali Agca disparó hasta en cuatro ocasiones al Papa, que fue herido de bala pero no murió. Años después, el Papa le perdonó.

La referencia a los “muchos atentados” que se sucederían en aquel mayo de 1981 comenzó días atrás en Madrid. El día 4, el general González de Suso murió en un atentado perpetrado por los Grapo. El mismo día 7, el jefe del Cuarto Militar de la Casa del Rey, el teniente general Joaquín de Valenzuela, sufrió un atentado en el que murieron tres militares y que causó heridas de gravedad a aquél. Este atentado fue reivindicado por la organización terrorista ETA. El 14 de mayo, fueron asesinados José Olalla de la Flor y Manuel Sánchez Borrallo, agentes de la Guardia Civil, en la localidad de Lemona (Vizcaya).

Una semana después, el 21 de mayo, el comunicador Federico Jiménez Losantos sufrió un atentado por parte de dos miembros de la organización terrorista Terra Lliure. Por entonces, Jiménez Losantos era profesor de lengua y literatura en un instituto de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) y fue uno de los firmantes de “El Manifiesto de los dos mil trescientos”, publicado en enero de 1981, que denunciaba “el propósito de convertir el catalán en la única lengua oficial de Cataluña”.

Días antes del intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, Luz Amparo recibió de la Virgen la advertencia de que “una cosa muy grave” sucedería en Madrid, “pero sin derramamiento de sangre”.

Tal y como muestra la imagen del cuadro que ilustra este artículo, en la aparición del 6 de noviembre de 1982, coincidiendo con la primera visita de Juan Pablo II a España, la Virgen llevaba el escudo papal en el lado derecho de su capa. Es el cuadro de la Virgen Gloriosa, obra de Elvira Soriano.