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Luz Amparo nos habla de La Virgen y los Últimos Tiempos

Hablando de los mensajes que recibía de la Virgen a un grupo de peregrinos portugueses, Luz Amparo decía en 1989:

Sobre lo que pide la Santísima Virgen, yo creo que hace un nuevo llamamiento a la Humanidad para que se convierta y como en Fátima, en Lourdes, vuelve a repetir otra vez que con sacrificio y con penitencia, la Humanidad se salvará, pero antes lo que dice también es que las almas sean capaces de amarse unas a otras porque la situación del mundo está así por falta de amor en la Humanidad, por eso está el mundo en estas condiciones.

Nos dice muchas veces sobre todo que cumplamos con los mandamientos, el acercamiento a los sacramentos, el amor a la Iglesia, porque no podemos pasar al Padre sin antes haber pasado por el Hijo que es la Iglesia, y nos inculca mucho sobre que volvamos la mirada a Dios.
También nos repite que la ira de Dios está a punto de descargar sobre la Humanidad pero que María es la Madre misericordiosa, la que está sujetando el brazo del Hijo.

Dice también que por el Hijo vendrá el perdón del Padre, y la misericordia del Hijo vendrá por la Madre...En estos tiempos tan graves - que son tan graves o peores que en aquellos tiempos del diluvio o en aquellos tiempos cuando Sodoma y Gomorra - estamos llegando a aquellos tiempos tan gravísimos, y el único camino que nos pone Dios es a María en la puerta del cielo, la pone para que nos enseñe la humildad y todas esas virtudes que Ella tenía viviendo en la tierra, para que nos enseñe a amar a la iglesia…

CONCORDANCIAS CON EL EVANGELIO

A continuación exponemos algunos pasajes del libro del Apocalipsis confrontados con frases de los Mensajes de El Escorial.

 “Vi otro ángel  que subía del  naciente sol, y tenía el sello de Dios Vivo y gritó con voz fuerte a los cuatro ángeles, a quienes había sido encomendado dañar a la tierra y al mar, diciendo: no hagáis daño a la tierra ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado a los siervos de nuestro Dios en sus frentes” (Ap. 7,2)

 “Les he dicho que no dañasen la hierba de la tierra, ni verduras, ni árboles, sino solo a los hombres que no tienen el sello de Dios en sus frentes” (Ap. 9,4)

 “Si alguno adora la bestia y su imagen y recibe su marca en la frente o en la mano, este beberá del vino del furor de Dios, que ha sido derramado sin mezcla en la copa de su ira y será atormentado con el  fuego y el azufre, delante de los santos ángeles y delante del Cordero y el humo de su tormento subirá por los siglos de los siglos y no tendrá reposo día y noche aquellos que adoren a la bestia y a su imagen y los que reciban la marca de su nombre” (Ap. 4, 9)

 “Adoraron a la bestia todos los moradores de la tierra, cuyo nombre no está escrito desde el principio del mundo, en el libro de la vida del Cordero degollado” (Ap. 13,8)

"El Castigo está cerca; consistirá, hija mía, en que los astros chocarán sobre la Tierra; están a punto de destruir la mayor parte de la Humanidad. El astro Eros hará iluminación sobre toda la Humanidad; será horrible, hija mía, parecerá que el mundo está en llamas, sólo será unos segundos; muchos de los humanos quisieran estar muertos en ese momento". (La Virgen, 11.2.82)

Estad sellados con el número de María Inmaculada, de vuestra Madre María Inmaculada. No os dejéis sellar por el número del enemigo, que es el 666” (La Virgen, 24 de septiembre de 1983).

Sí, hija mía, yo también lloro contigo, hija mía, porque veo que cada día hay más almas en el Infierno, hija mía. Satanás con su astucia quiere apoderarse del mayor número de almas, los sella con el 666, para que no se escapen, hija mía. Mira este infierno cómo está...; todos llevan el sello del enemigo...” (La Virgen, 15 de septiembre de 1983).

Estáis en una hora muy crítica, hijos míos. Dejaos sellar; dejaos poner el sello de los escogidos. Satanás también está sellando y quiere apoderarse de la mayor parte de la Humanidad. En muchas frentes y en muchas manos hay el 666, hijos míos. No os dejéis engañar por la astucia de Satanás” (El Señor,  4 de abril de 1985).

Muchas de ellas han sido selladas en la mano izquierda y en sus frentes con el número 666. Sabréis distinguir esta marca, porque se verá en las frentes” (La Virgen, 6 de septiembre de 1986).