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Aniversario de nacimiento de Luz Amparo (1 de abril)

 

Parecía que nunca iba a pasar, pero el 17 de agosto de hace cuatro años ocurrió: Luz Amparo Cuevas, nuestra querida fundadora, entregó su alma a Dios. Su pérdida nos sacudió de parte a parte y de norte a sur, pero el conjunto de su legado y, de un modo especial, su legado espiritual va consolidándose cada vez más con el paso del tiempo. Hoy celebramos el que era su cumpleaños en la tierra y su herencia espiritual se nos hace mas viva, si cabe, con su recuerdo.

 

La entrega a los necesitados

Si por algo se conoce a la Obra de El Escorial es por los centros asistenciales puestos en marcha con la premisa de facilitar “a los pobres, lo mejor”. Esta iniciativa, de marcado carácter evangélico, se fundamenta en la experiencia de ver a Cristo mismo en los ancianos y necesitados atendidos en cada una de las casas.

“Que el que no lo haya disfrutado – decía Amparo – al menos, en los últimos momentos de su vida, pueda disfrutarlo; y el que lo haya podido disfrutar, no lo eche en falta”. Estas palabras, tantas veces repetidas por ella, resumen una actuación que marca el día a día en las residencias de la Fundación: la atención integral  – personal, espiritual, material … –  a todos los acogidos, como si del mismo Jesucristo se tratara. A esa tarea se dedica, sin horario ni salario, la Comunidad de Hermanas Reparadoras por ella fundada.

 

La reparación de los pecados de la Humanidad

El 14 de junio de 1994, en el 13º aniversario de la primera aparición, el anterior Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Ángel Suquía y Goicoechea, erige canónicamente la Asociación Pública de Fieles “Reparadores de la Virgen de los Dolores” y la Fundación Pía “Virgen de los Dolores”, y aprueba sus Estatutos. La Asociación Pública de Files la integran tres ramas: Comunidad Familiar, Comunidad Vocacional y las Hermanas Reparadoras.

Como su propio nombre indica, la Asociación se propone, para cada una de las tres ramas, la reparación unida a la búsqueda de la santidad, mediante la entrega a Dios y a los necesitados.

 

La unión a la Iglesia

Luz Amparo repetía incesantemente la necesidad de estar plenamente en comunión con el Santo Padre, cabeza visible de la Iglesia, y con los obispos – sus representantes-. En la Obra por ella fundada se prodiga la colaboración con los sacerdotes, inculcando a los coordinadores de los grupos territoriales la importancia de apoyar a las parroquias de sus lugares de origen, para que ningún sacerdote encuentre carencias para la limpieza del templo, el apoyo a la catequesis o la ayuda material a las familias necesitadas.

 

Estos, entre otros, son alguno de los aspectos que destacan del legado espiritual de Luz Amparo, una mujer a la que la vida trató muy duramente y que, por el contrario, se afanó en devolverle a la vida y a Dios un gran ramillete de buenas obras que nos sirven de ejemplo, luz y guía para toda la familia de Reparadores de la Virgen de los Dolores.

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