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Burgos: a los pies de la catedral gótica

 

En el mes de octubre de 2015, el día 18, sábado, una representación de la Obra de Reparadores de la Virgen de los Dolores se desplazó a la noble ciudad de Burgos, para realizar un apostolado en las instalaciones del «Círculo de la Caja de Duero». Varios peregrinos burgaleses se encargaron de organizar el encuentro con una gran fe y entusiasmo, moviéndose por las distintas parroquias de la ciudad castellana.

 

Desde hace más de 25 años, de la ciudad de Burgos y su provincia se han venido desplazando uno o varios autobuses, los primeros sábados de mes, hasta El Escorial, para honrar a la Virgen Dolorosa; en la primera etapa, para participar en el rezo del santo Rosario; y más recientemente, para estar presentes en la Misa, desde que fue autorizado el culto en Prado Nuevo. Así que, de forma espontánea, se fue constituyendo en la provincia un grupo de simpatizantes y colaboradores del movimiento fundado por Luz Amparo Cuevas.

Generosamente, los organizadores nos ofrecieron una comida, mientras nos compartían sus experiencias y testimonios sobre los hechos de El Escorial.

A las 18:00 horas, en el salón de actos del «Círculo de la Caja de Duero», tuvo lugar el encuentro, que se desarrolló hasta las 20:00. Desde El Escorial, acudió un grupo de siete personas: el padre José María Ruiz, el diácono Guillermo (hoy ya ordenado sacerdote) y varios miembros de la Comunidad Familiar: el matrimonio formado por Emilio González y Natalia de Diego con la hija de ambos, María, y Alfredo Belmonte (encargado de los medios audiovisuales). También acudió de la Comunidad Vocacional un joven seminarista, Miguel María.

 

Ponentes del encuentro

 

Historia de las apariciones

Tomó en primer lugar la palabra el padre Guillermo, quien hizo la introducción recordando con brevedad la historia de los hechos y centrándose en la figura de Luz Amparo: la trayectoria de su vida, sus orígenes y cómo llegó a asumir tan sobrenatural experiencia. Una mujer sin estudios y con importantes cargas familiares, recibe un mensaje del Cielo que le pide una entrega total, reparadora, para sufrir en su cuerpo la Pasión de Cristo. Su respuesta al Señor —«…con tu ayuda lo soportaré»— da origen a lo que hoy coloquialmente conocemos como la Obra de El Escorial: millares de conversiones, centenares de vocaciones y un sin fin de peregrinaciones desde varios continentes y con destino a Prado Nuevo, para obtener en este lugar de gracias y bendiciones «el temple para ir al templo», en expresión habitual de la misma Amparo.

 

Contenido de los mensajes y postura de la Iglesia

A continuación, el padre José María Ruiz explicó el contenido de los mensajes y su conformidad con la doctrina de la Iglesia, así como la postura de la misma sobre estos fenómenos religiosos. Respondió asimismo a algunas cuestiones que se plantearon, pues varias personas se animaron a intervenir.

 

Los frutos de su entrega

En esta segunda parte del encuentro, relatamos los frutos nacidos de esa entrega generosa de Luz Amparo: una Comunidad de familias, una rama de Hnas. Reparadoras con abundantes vocaciones y una tercera rama formada por sacerdotes, seminaristas y jóvenes consagrados. No fue fácil para esta sencilla mujer canalizar y guiar a tantas almas siguiendo las indicaciones que procedían del Cielo. Su esfuerzo, y el carisma por ella recibido, fue reconocido por la Jerarquía de la Iglesia en el año 1994, con la aprobación canónica de dos entidades religiosas, con sus correspondientes estatutos, y el reconocimiento de Luz Amparo como Fundadora de ambas realidades de la Iglesia. En sendos documentos, el entonces Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Ángel Suquía, erigía la Asociación Pública de Fieles «Reparadores de la Virgen de los Dolores» y la Fundación Pía Autónoma «Virgen de los Dolores». La primera, para canalizar todas las iniciativas pastorales y sociales que estaban surgiendo en ese entorno, y la segunda, para dar soporte a la obra social que iba surgiendo. Con la creación de estas instituciones, la misma Iglesia respaldaba la labor de Luz Amparo y alejaba toda sombra de duda sobre el carácter plenamente eclesial de este movimiento religioso.

 

Asistentes al encuentro

 

Obra benéfico asistencial

«Haced obras de amor y misericordia, hijos míos»; estas palabras, repetidas tantas veces en Prado Nuevo por la Virgen María, movieron a Luz Amparo y al grupo de personas que habitualmente estaban con ella a pasar a la acción. En la actualidad, la Obra de Reparadores cuenta con cuatro centros asistenciales para personas mayores dependientes; nos referimos a las residencias «Virgen de los Dolores» en El Escorial (Madrid), «Jesús del Buen Amor» en Griñón (Madrid), «Nuestra Señora de la Luz» en Torralba del Moral (Soria) y «Nuestra Señora del Carmen» en Peñaranda de Duero (Burgos).

 

(Revista Prado Nuevo nº 17. Actividades de la Asociación)

 

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