La acogida del mensaje de la Virgen en Prado Nuevo continúa traspasando fronteras. La petición fue expresa: “Que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la Pasión de mi Hijo, que está totalmente olvidada” (La Virgen, 14 de junio de 1981). Y esta petición se ha convertido en promesa, año tras año. El pasado mes de enero, representantes de la Obra de la Virgen viajaron a Palm Beach (Florida, EEUU) para asistir al acto de bendición de una talla de Ntra. Sra. de los Dolores en la Catedral de San Ignacio de Loyola.
La visita a Palm Beach permitió también encuentros con la comunidad de laicos. En ellos, pudieron compartir testimonios, como el de la Hna. Beatriz, hoy Hermana Reparadora de la Virgen y una de las primeras personas presentes, junto a Luz Amparo Cuevas, en las primeras manifestaciones.
Los fieles han acogido con devoción la llegada de la imagen de la Virgen, que les acerca aún más a Prado Nuevo en la distancia. En torno a Ella, han organizado grupos de oración y encuentros, que reúnen a personas que pertenecen, no solo a la propia diócesis, sino que también proceden de la costa oeste del país.
El mensaje de la Virgen en Prado Nuevo también ha sido recibido con fervor a lo largo de estas casi cuatro décadas en otros países, como Francia, Portugal, Italia, México, República Dominicana, Colombia, Filipinas, Luxemburgo, Polonia y Guinea Ecuatorial. Y de todos ellos proceden peregrinos. La dimensión internacional de la Obra de la Virgen continúa creciendo y continúa cumpliéndose así su petición. Y su promesa.