Las manifestaciones de la Virgen en Prado Nuevo de El Escorial han supuesto, desde sus inicios en 1981, la afluencia de centenares de miles de personas de distintas provincias de España y de otras naciones. En algunos casos por curiosidad, y en otros por un auténtico y verdadero sentimiento religioso, han acudido, y lo siguen haciendo en la actualidad, a este lugar de gracias, especialmente los primeros sábados, desde una hora bien temprana.

Durante los primeros años, muchos peregrinos pasaban gran parte de la jornada a la intemperie con frío, calor, viento o lluvia… Con el único resguardo de los huecos de las rocas y las copas de los árboles.

El local de El Escorial

    Luz Amparo Cuevas en el local

La primera instalación de acogida, que se puso en marcha en la incipiente Obra de El Escorial, fue un pequeño local sito en la travesía de unión entre San Lorenzo de El Escorial (donde se encuentra el histórico Monasterio) y la Villa de El Escorial. El grupo de personas que ayudaron a Luz Amparo en esos comienzos alquilaron ese local, para que sirviera como lugar de reunión y encuentro, donde la misma Amparo pudiera recibir a los centenares de personas que buscaban su consejo y ayuda en temas espirituales.

La instalación, por otro lado, tuvo una utilidad pastoral importante: todos los fines de semana los miembros del grupo inicial se reunían para recibir charlas de formación doctrinal y espiritual que, puntualmente, impartían el P. Alfonso María, O. C. (sacerdote carmelita), o D. José Arranz, por entonces, canónigo de la Catedral de Osma-Soria y profesor del Seminario.

Otra de las actividades realizadas en el local fueron las convivencias con Luz Amparo. Muchos fueron los días en los que, desde el desayuno tomado tras la Misa de 9 h. en el Monasterio de El Escorial hasta muy entrada la noche —con la única excepción del Rosario en Prado Nuevo, departíamos con Amparo.

Por último, es menester destacar una última, pero no por ello menos importante, función de coordinación e impulso de las estructuras territoriales de Prado Nuevo: la realización de apostolados, la creación de los coordinadores o la defensa de los intereses de los “amigos de Prado Nuevo”… Todo esto y más tuvo su origen en ese pequeño local de paredes de cemento.

Centro «Ave María»

En los primeros años de la década de los 90 se vivió una de las persecuciones más intensas contra la Obra de la Virgen de los Dolores: el gobierno municipal de aquella etapa inició una campaña de retirada de las capillitas, que se iban instalando sobre el fresno de la aparición, para el rezo del Rosario. Trataron de prohibir, mediante un bando municipal, el rezo de esta plegaria mariana; vallaron y cerraron Prado Nuevo con el denominado “muro de la vergüenza” (así lo llamaron los periodistas), para evitar que los peregrinos entraran a rezar… Durante varios meses, tuvimos que rezar el Rosario en la carretera. Cuando parecía que se nos acababan las alternativas, la Providencia abrió la posibilidad de adquirir unas instalaciones de la cooperativa serrana “Plema”, en aquellos momentos en desuso, y que se encuentran justo enfrente de la finca “Prado Nuevo”.

Tras distintas adaptaciones y la ampliación de espacios, como la adquisición del prado colindante, el centro “Ave María” se ha convertido en un área destinada principalmente a la acogida de todos los peregrinos que acuden a Prado Nuevo.

Marzo de 1995, prado colindante a la nave

Instalaciones

La “nave”, como se la conoce coloquialmente, cuenta entre otras con las siguientes instalaciones: un área central para la oración o las reuniones de grandes grupos; dos zonas de confesionarios, una interior y otra exterior, para la administración del sacramento de la Penitencia; una zona para la comida de los peregrinos, que se ha ido ampliando con el paso del tiempo y la acertada decisión de destinar Prado Nuevo sólo a la oración; dos zonas de aparcamiento para vehículos particulares y autobuses, etc.

Poco a poco, las instalaciones se han ido adaptando a las crecientes y diversas necesidades de los peregrinos. Los primeros sábados de mes, por ejemplo, desde muy temprana hora, los voluntarios reorganizan las instalaciones de este centro, para dar acogida a los miles de peregrinos que pasan a lo largo del día por las instalaciones.

Actividades

A partir del primer sábado de febrero de 2009, el Cardenal de Madrid autorizó la celebración de la Eucaristía para los peregrinos. En una primera etapa, la explanada lateral de este edificio sirvió para acoger a los peregrinos y poder realizar esas misas multitudinarias. Una vez autorizada la construcción de la Capilla, su papel se ha centrado más en la acogida de peregrinos y en la realización de actividades pastorales, tales como convivencias para jóvenes y mayores, la proyección de distintos audiovisuales, la atención espiritual de los peregrinos y la organización de la estructura territorial, tanto nacional como internacional, de la Obra de la Virgen, que sigue en crecimiento, y para hacer frente a los retos que debemos afrontar en los próximos meses y años.

(Revista Prado Nuevo nº 10)