Una oleada de fe y amor a la Virgen ha inundado Prado Nuevo en esta jornada del primer sábado de junio.
Dos aspectos fundamentales han resaltado entre los peregrinos asistentes: la reciente fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y el ya cercano 35º Aniversario de la primera aparición de la Virgen María a Luz Amparo en esa finca, en Prado Nuevo.
La solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús (el día anterior) y la memoria del Inmaculado Corazón de María, coincidente con el primer sábado, es lo que movió al Párroco y las catequistas de una Parroquia de Alcalá de Henares a reunir a sus chicos —nada menos que 56 chavales— para abrir la jornada del sábado con una Misa en la «Capilla de Ntra. Sra. de los Dolores» y tener una jornada lúdico-religiosa en El Escorial. Tras los niños madrugadores, el goteo de autobuses durante toda la jornada fue continuo. Los grupos de peregrinos fueron ocupando las zonas de acogida y salpicando de colorido las verdes praderas de fresnos repletos de hojas, que mostraban todo su esplendor tras el regalo del Cielo de las lluvias recientes.
Niños de la parroquia de Alcalá con su párroco y catequistas
El mensaje que se proyectó en el salón principal del Centro «Ave María» fue el del primer sábado de enero de 2002. En él, la Virgen nos decía:
«Hija mía, una vez más estoy entre vosotros como Madre de todos los hombres. Vengo, hija mía, a buscar alivio en mi Corazón. En este lugar, alivian mucho mi Corazón tantas y tantas avemarías. Los hombres, hija mía, están abismados en el mundo, en la tiniebla, y se introducen en el pecado. Por eso quiero que aliviéis mi Corazón, hijos míos, porque todas las fiestas aumenta más el pecado y el dolor de mi Corazón. Los hombres, cada día están más metidos, hija mía, en los placeres del mundo».
Y el Señor:
«Sí, hijos míos, Yo grito tiernamente a mis almas: “No os introduzcáis en el pecado; velad, orad, para que la tentación se aleje”; y vosotros, hijos míos, no escucháis mi voz. Yo llamo a mis esposas con una voz tierna. A mis queridos sacerdotes, a todos mis hijos les grito: “¡Sed fieles, hijos míos!”. Y vosotros cerráis los oídos a mis palabras. Os hablo con ternura, pero no tenéis compasión de nuestros Corazones».
Clara doctrina: conclusión compartida por los asistentes al abarrotado salón. Una vez finalizada la proyección, las andas de la Virgen Dolorosa se situaron, preparadas para la procesión.
Una veintena de estandartes de distintas procedencias encabezaron la procesión, que recorrió el itinerario habitual, pasando por delante de la Capilla de la Virgen de los Dolores hasta llegar al árbol de la aparición. En aquel lugar, se cumplen ahora 35 años desde que por primera vez viera Luz Amparo a la Virgen María y Ella le dijera:
“Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en este lugar una capilla en honor a mi nombre. Que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la Pasión de mi Hijo, que está completamente olvidada“.
Desde aquel primer encuentro en Prado Nuevo, la Obra de El Escorial ha crecido mucho, y buena prueba de ello son los miles de peregrinos que mensualmente visitan a Nuestra Madre Dolorosa, no solamente los primeros sábados, sino a diario.
El sacerdote que recibió con sus palabras a los peregrinos, antes del inicio del Rosario, recordó las principales citas de los próximos meses: el 14 de junio, aniversario de la primera aparición; el 17 de agosto, 4º aniversario del fallecimiento de Luz Amparo; y el 15 de septiembre, fiesta de la Virgen de los Dolores.
Al finalizar el rezo del Rosario, los peregrinos realizaron la Consagración al Sagrado Corazón de Jesús, por medio del Corazón de María, que, por su valor, reproducimos:
Como cierre de la jornada, pudimos vivir la Misa ante la Capilla de la Virgen de los Dolores, la bendición con el Santísimo Sacramento y la procesión de retorno de la talla de la Virgen al centro de acogida de peregrinos «Ave María», acompañada por una marea de peregrinos con las pilas cargadas hasta el próximo mes.
