El Nacimiento de San Juan Bautista
EVANGELIO El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre (cf. Lc 1, 57-66. 80)
EVANGELIO El nacimiento de Juan Bautista. Juan es su nombre (cf. Lc 1, 57-66. 80)
SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (C)
EVANGELIO Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por Él † Lectura del santo evangelio según san Juan (Jn 3, 16-18) Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en Él, sino que...
Omnipotente y sempiterno Dios, que, por obra del Espíritu Santo, preparasteis el cuerpo y el alma de la gloriosa siempre virgen María para que llegase a ser madre y digna habitación, de vuestro Hijo, concedednos que por intercesión de la misma, con cuya memoria nos gozamos, seamos libres de los...
Humildísima y purísima Virgen: yo acepto de buena voluntad, como cosa merecida y debida, todos los desprecios, afrentas y humillaciones que me vengan, de cualquier parte que procedan. Yo no quiero pasar sino por aquello que soy, y soy un pobre y miserable pecador. Recibid, Reina mía, este mi ramillete...
¡Oh clementísima y dulcísima María! Os presento hoy la mansedumbre; yo guardaré la paz del corazón, y en el día malo resistiré al ímpetu de la ira. Así os lo prometo; recibid esta mi resolución, aceptad mi flor.
Señora: Os ofrezco junto a un ramillete de violas la vainilla, emblema de la continencia y del freno que prometo poner a todas mis pasiones. Recibid mi flor y haced que mis carnes sean reprimidas por el temor santo de Dios.
Señora: Yo os ofrezco hoy la pobreza; yo me comprometo con este presente a un desprendimiento tal como el amor de Dios lo pide. Ahí va, Señora, mi luisa, unida a la rosa: aceptadla y dad fuerza a mis resoluciones.
Señora: Ahí van estas plantas y yerbas fuertes como señal del arrepentimiento de mis culpas. Recibidlas, presentadlas a vuestro Hijo y alcanzadme el perdón de todas ellas.
Madre virgen la más pura entre las criaturas, recibid este ramo en flor: os doy un corazón resuelto, determinado y dispuesto a guardar castidad dentro de las reglas de la templanza y de las leyes de mi estado o profesión: recibid, purísima doncella, recibid esta mi flor, y a vuestro...
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