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La contaminación de la fuente de Prado Nuevo

 

HISTORIA DE LAS APARICIONES (30)

 

Aguas fecales origen de la contaminación.

Primera aprobación eclesial

En medio del fragor de la persecución, el Cielo no abandonaba, y además de proporcionar a los peregrinos ánimo y fortaleza ante la tribulación, bendecía por medio de la Iglesia a las jóvenes que ya vivían en comunidad y practicaban la caridad, erigiendo el Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Ángel Suquía, la Asociación Privada de Fieles Reparadoras «Amor, Unión y Paz», con fecha de 14 de mayo de 1993.

¡Agua contaminada!

Peregrinos tomando agua de la fuente en la actualidad.

Unos meses después, en agosto de 1993, desde el Ayuntamiento de El Escorial, se encarga a unos expertos analizar el agua de la fuente de Prado Nuevo, que arroja como resultado la contaminación de la misma. El análisis fue realizado por el Instituto Bacteriológico de Majadahonda, dependiente de la Comunidad de Madrid, que firmó una nota con los resultados el 17 de agosto, donde se advertía: «En el agua se han encontrado elementos altamente contaminantes, lo que supone un grave riesgo para la salud de las personas que la ingieren»

Inmediatamente, las autoridades municipales proceden a poner un cartel al lado del pilón con el título: «AGUA NO POTABLE», añadiendo en letras rojas: «CONTAMINADA», junto a un bando municipal (27-8-1993). Los encargados de organizar los actos religiosos de Prado Nuevo, a través de la megafonía, comenzaron a advertir a los peregrinos para que no bebieran ni se llevasen agua de la fuente contaminada. Pero no ocultaban su extrañeza, pues desde tiempo inmemorial esta agua venía siendo utilizada por los vecinos de El Escorial sin ningún problema, y desde hacía doce años por los numerosos peregrinos que visitaban el lugar de las apariciones, sin perjuicio alguno para la salud. ¡Qué extraño que, pocos días después, Mariano Rodríguez, el Edil del Ayuntamiento, declarase en carta abierta publicada por la prensa!: «A mí y a mi Equipo de Gobierno nos parece que un Escorial como Fátima o Lourdes cambia el modelo de pueblo y su modo de vida» (17-9-1993).

El origen de la contaminación

Volviendo al conflicto sobre el agua, la mayoría de las personas pensaron que se trataba de una simple consecuencia de la falta de saneamiento del manantial que alimentaba la fuente.

Cartel fijado por el Ayuntamiento junto al bando municipal.

Pero se comenzaron a investigar los hechos y se descubrió el porqué… Tras diversas pesquisas, se descubre que alguien —con torcidas intenciones— había levantado la compuerta de un colector de aguas fecales, situado a unos dos kilómetros de la localidad de El Escorial, provocando así la mezcla de esas aguas contaminadas con las del manantial que abastecía a la fuente de Prado Nuevo. Gracias a Dios y subsanado el origen de la contaminación, el agua va recuperando su potabilidad; tras varios análisis químicos, los peregrinos pueden beber ya sin riesgo de la fuente de Prado Nuevo y llevarla a los enfermos a sus casas.

Quienes ejecutaron o idearon tan innoble acción, quizás pensaron equivocadamente que contaminando el agua o quemando el árbol de la aparición, dejarían de acudir los peregrinos a Prado Nuevo. Pero aunque hubieran logrado sus objetivos, seguramente que los peregrinos no hubieran dejado de acudir; ya que los motivos que los impulsaban son de carácter sobrenatural, son las gracias que la Virgen de los Dolores ha prometido a todos los que acudan a este lugar «sagrado» a rezar el santo Rosario y a meditar en la Pasión de su Hijo.

¿Cambio de lugar?

El acoso contra los peregrinos de Prado Nuevo continuó y se intensificó. Unos meses después, el 4 de diciembre de 1993, primer sábado de mes, Luz Amparo, durante el éxtasis y mientras contemplaba a la Santísima Virgen Dolorosa, se atreve a proponerle si no sería mejor cambiar de tierras, reunirse para rezar en otro prado que no fuera motivo de conflicto: «¡Madre mía!, hay otros lugares en este mismo pueblo, que ofrecen prados hermosos para que Tú hagas la Capilla que pides». Pero la Virgen le respondió con firmeza:

«¡No, hija mía!, yo he sido la que he escogido este lugar; este lugar me gusta, y vosotros sois los que tendréis que luchar por él. ¿Quién es el hombre para cambiar la plana de Dios? No, hija mía, si yo escojo un lugar, quiero seguir en el lugar que he escogido y, aunque el hombre cambie la plana de Dios, seguiré manifestándome en este lugar; Dios lo ha querido».

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