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Prosiguen los planes de «acoso y derribo» contra Prado Nuevo

 

HISTORIA DE LAS APARICIONES (32)

 

«Municipio de la Tolerancia»

De forma irónica y sorprendente, el 18 de marzo de 1994, durante el Pleno del Ayuntamiento, El Escorial es declarado «Municipio de la Tolerancia». Al terminar la sesión, para hacer «honor» a esa declaración, el Alcalde y algunos jóvenes irrumpen en el acto religioso que se está realizando junto a Prado Nuevo, se mezclan entre la gente que reza el Rosario, mientras cantan rancheras y mariachis, empujando y provocando a los devotos e interrumpiendo las oraciones.

El 19 de marzo, por la noche, mientras se reza el Rosario, junto a Prado Nuevo, una treintena de vecinos, amigos y familiares de los ediles izquierdistas, a la vez que profieren insultos y blasfemias, se dedican a aporrear —con piedras y palos— objetos metálicos y los guardarraíles de la carretera, produciendo un ruido ensordecedor.

Sube la tensión, que se palpa en el ambiente. Numerosos testigos ven posarse por encima de los árboles, durante varias horas, una nube de color rojizo, en la zona del fresno de la Virgen. Luz Amparo lo identificó como un signo de la sangre de los mártires. En la noche del 21 de marzo, los enemigos de la aparición se sirven de una extraña mujer, que se acerca al lugar para ejecutar sus conjuros contra los pacíficos peregrinos. Todo resulta grotesco cuando no escalofriante.

«La valla de la vergüenza»

Al día siguiente, 22 de marzo, el Ayuntamiento ordena colocar una segunda valla de alambre de espino por delante de la primera, para impedir todo acceso al lugar. Entre la doble valla, se instalan unos potentes focos orientados hacia la finca de Prado Nuevo. Dada la ilegalidad de esta alambrada, denominada en los medios de comunicación como «la valla de la vergüenza», el Ayuntamiento se vio obligado a retirarla, dejando en su lugar los postes.

Había permanente vigilancia del lugar por parte de la Guardia Civil y de la Policía Local; todo a modo de «campo de concentración». Aumentaron los acosos; amenazas de denuncia y procesamiento judicial a los peregrinos que, sin el debido permiso del Ayuntamiento, osaran pisar la pradera de las apariciones; se tomaban los datos identificativos del DNI a los que se acercaban a rezar pacíficamente desde la carretera frente al prado vallado.

Se denegaron los permisos de apertura para las casas destinadas a la acogida y cuidado de ancianos de la Fundación «Virgen de los Dolores». Se multiplicaron las manifestaciones y toda suerte de agresiones contra quienes acudían pacíficamente a rezar.

«AIRE DE CAMPO DE CONCENTRACIÓN»

Una vez más, el diario ABC de Madrid, que realizó una cobertura continuada de los acontecimientos, titula en su portada del día 26 de marzo de 1994: «AIRE DE CAMPO DE CONCENTRACIÓN» y explica: «El alcalde de El Escorial no se ha contentado con colocar una valla para impedir que los que creen en las apariciones de la Virgen se acerquen a rezar a Prado Nuevo. Ha añadido unas alambradas al más puro estilo de campo de concentración nazi, que parece ponerse ahora de moda tras la oscarización de “La lista de Schindler”.

Eso, o la “valla de la vergüenza”, como se la llama en el pueblo. Los extremos de la intolerancia se tocan. A pesar de ello, y quizá precisamente por la cantidad de obstáculos que se crean, el hecho es que los que acuden a rezar a Prado Nuevo son cada vez más y hoy se espera, de nuevo, una gran asistencia, como todos los sábados» (pp. 43 y 48).

En abril de 1994, se constituye la asociación civil Gesto por la libertad: un irrelevante número de personas, que de ningún modo representaba el sentir de los habitantes de la noble villa de El Escorial, en apoyo y defensa de la política y acciones de la Casa Consistorial y en oposición permanente al movimiento religioso de Prado Nuevo y la Obra surgida de él. Pregonándose defensores de «la libertad», su actuación era diametralmente opuesta: se manifestaban, ocupando las proximidades del árbol de las apariciones y coincidiendo con la hora del Rosario, proferían palabras ofensivas o interferían el rezo de los peregrinos con música ensordecedora.

 

La Virgen abre puertas

A pesar de que los enemigos de la fe cerraron el paso a Prado Nuevo, y el Delegado de Gobierno de la Comunidad de Madrid, D. Arsenio Lope Huerta, no autorizaba las concentraciones multitudinarias para el rezo del Rosario en la carretera adyacente a la Pradera, la Santísima Virgen no dejó de la mano a sus hijos. Mientras que Prado Nuevo permaneció cerrado —siendo insufi ciente el espacio en el recinto de la nave «Ave María» para peregrinos y vehículos—, cuando nadie lo esperaba, el viernes día 2 de septiembre de 1994, víspera de primer sábado, es adquirida, junto a dicha nave, una hermosa finca, que pasará a denominarse «Nuevo Prado».

Especialmente edificante y fervorosa fue la peregrinación del día siguiente, 3 de septiembre. En la devota procesión con la imagen de la Virgen de los Dolores, hubo lágrimas de emoción y agradecimiento a Nuestra Señora. Al formularse las oportunas denuncias ante la autoridad judicial, los juicios por coacciones, insultos y agresiones a peregrinos y miembros de la Obra, tuvieron resultados favorables, en todos los casos, para las personas afines a la aparición.

Solamente una fuerza superior, procedente de Dios, que los peregrinos reconocen haber recibido en este bendito lugar, ha podido sostenerlos y protegerlos durante años. Entre los asiduos, había personas temperamentales, que en situaciones límite, ante provocaciones, insultos, calumnias o amenazas de muerte, se refrenaron y su única respuesta fue el perdón cristiano, evitando consecuencias dramáticas…

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